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Escrito por el Ene 13, 2020 en cocina de cosecha | 0 comentarios| etiquetas: aperitivos, brócoli, cenando como reyes, cenas de sofá, comida sencilla, comida vegetariana, croquetas & cia, zanahorias

nuggets de verduritas

Me encantan las preparaciones tipo croqueta (las croquetas para mí siempre han sido como bocaditos de cielo permitidos a los terrestres exiliados). En general creo que me encantan todos los bocaditos salados: falafel, nuggets, albóndigas, buñuelos… En mi transición hacia otro tipo de alimentación, veo que los bocaditos hechos aglutinando verduras me gustan cada vez más.

Prueba éstos. Te va a sorprender lo sabrosísimos que son. Harás corto seguro.

{para 14 piezas}

  • 1 zanahoria
  • 5 flores de brócoli de tamaño mediano
  • 2 cebollas tiernas
  • 1 tbp de mostaza
  • 1 y 1/2 tsp de levadura nutricional
  • 1 tsp de psyllium en polvo
  • 1/3 de cup de mijo
  • 1 tsp de cúrcuma molida
  • 2 tbp de semillas de cáñamo (sin cáscara)
  • la corteza de un limón rallada

 

{para la salsa}

  • 2 tbp de crema de anacardos
  • 1 tbp de mostaza antigua
  • 2 tbp de agua
  • 1 tsp de zumo de limón
  • 1 top de sirope de arce
  • sal y pimienta

 

La levadura nutricional que lleva esta receta es levadura inactiva. No tiene nada que ver con la levadura activa que utilizamos para el pan y la cerveza. Por tanto no supone un problema si te estás cuidando porque en algún momento has tenido cándida o si llevas una dieta reducida en levaduras.

Todo lo contrario: es una estupenda fuente de proteínas de alto valor biológico -se considera así a los alimentos que aportan muchos de los 18 aminoácidos esenciales que el cuerpo no puede sintetizar por sí mismo; la levadura aporta 9- y de vitaminas, sobre todo del complejo B. Aporta hierro, selenio, magnesio y zinc, y sus probióticos y la fibra que contiene tienen una influencia beneficiosa en el sistema intestinal.

 

El psyllium son las semillas -diminutas, su nombre en latín significa «pulga»- de una hierba anual que se emplea desde la antigüedad por su capacidad de absorber agua y facilitar así el tránsito intestinal gracias a que, como la chía, en presencia de agua forma una gelatina mucilaginosa. Las puedes comprar enteras o en polvo. Aquí se gastan en polvo. Las encontrarás en tiendas bio y en herbolarios. (Por cierto, las semillas de cáñamo que gastamos aquí son semillas sin cáscara).

El psyllium es perfecto para amalgamar masas que tenderían a disgregarse, como ésta. Y estupendo para tu «vida interior». ; )

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Calienta el horno a 200º.

Rallamos el brócoli y la zanahoria con un rallador grueso y picamos las cebolletas muy finas. También lo puedes rallar/picar todo con un procesador.

Cocemos el mijo: primero lávalo colocándolo en un colador fino. Déjalo escurrir un poco. Pásalo a una sartén caliente y tuéstalo mientras lo mueves; sabrás que está tostado porque desprende olor a nuez.

Pásalo a un cacito donde tendrás algo más del doble de cantidad de agua que de mijo, en este caso, 2/3 de cup y 1/4 más, ya hirviendo.

Déjalo cocer unos 15 minutos, ves probando. La cocción no es matemática pura: dependerá del fuego y también del tipo de mijo, pero pasado ese tiempo el agua se habrá absorbido más o menos y el grano estará cocido y suelto. Ves ajustando el tiempo y la cantidad de agua al resultado que obtienes y a tus costumbres con el fuego.

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Coloca en una sartén con aceite de oliva suave (o de coco, o el aceite vegetal de calidad que prefieras) las 3 verduras y saltea unos minutos, hasta que el brócoli adquiera ese bonito color verde pistacho y la zanahoria comience a estar tierna.

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Pasa al recipiente del procesador el mijo cocido, las verduras salteadas y el resto de ingredientes, y procesa. Verás que enseguida la masa se integra, se aglutina, toma forma de masa sólida y se desprende de las paredes.

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Con las manos bien enaceitadas, ves tomando montoncitos de masa, haz bolitas y luego aplánalas un poco. Enaceita su superficie utilizando el aceite que llevas en las manos.

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Coloca las piezas sobre papel sulfurizado y pasa la bandeja al horno. Cuece las piezas 10 minutos, dales la vuelta con delicadeza y una pala, y cuece otros 10 minutos.

Quedarán con una corteza ligeramente crujiente y dorada.

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Para preparar la salsa sólo has de unir todos los ingredientes, batirlos y ajustar la textura con unas gotas más de agua si lo necesitas.

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Deliciosos. Adictivos. Sabrosísimos, ligeros y saludables.

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A ver quién da más. : )

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Feliz semana a todas! (y a todos!)

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