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Escrito por el Ene 13, 2019 en cocina de cosecha | 0 comentarios| etiquetas: alcaparras, anchoas, apio, calabacines, cebollas, comida mediterránea, pasta, piñones, puerros

pasta Vivace

· pasta con anchoas, alcaparras y calabacín ·

 · para cuatro personas  · dificultad: fácil, para cualquiera que sepa sacar punta· estado de ánimo: escarchado ·

 

 

  • dos calabacines espiralizados, más bien delgados y largos, para que el espiralizador los coja bien
  • 4 tomates pera pelados, frescos o en conserva
  • 2 cebollas
  • 2 puerros
  • 1 rama de apio blanco con sus hojas
  • un puñado de piñones tostados
  • una lata pequeña de anchoas en salazón o 6 filetes de sardina ahumada
  • una cucharada de alcaparras
  • un puñado de hojas de albahaca
  • un taco de queso parmesano para rallar

 

En una sartén amplia, colocar, sobre un lecho de aceite de oliva, una cucharada de mantequilla, los dos puerros fileteados en rodajas incluyendo la parte verde pálido, el apio picado incluyendo las hojas y las dos cebollas cortadas a gajos delgados. Rociar con un poco de sal y dejar a fuego medio durante cinco minutos, removiendo de vez en cuando.

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Añadir los calabacines espiralizados. Un espiralizador es una especie de sacapuntas grande para verduras. Los hay manuales, simplísimos, eficaces y baratos. Consigue dar a las verduras el formato de espaguetis o de largas láminas como de lápiz afilado con sacapuntas.

Seguir cociendo durante quince minutos más.

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En otra sartén más pequeña, sobre un poco de aceite de oliva ya caliente, colocar los tomates picados con una cucharadita de azúcar y un poco de sal. Dejar cocer a fuego medio al principio, y después a fuego suave, durante 15-20 minutos, hasta que el aceite ascienda a la superficie de la salsa. Añadir las anchoas cortadas en trozos pequeños, las alcaparras y los piñones tostados. Dar unas vueltas y retirar del fuego.

Cocer la pasta corta que más os guste. El agua de cocción es mejor que sea abundante y que solo lleve sal. Si tenéis ollas de cocina que apreciáis, la sal hay que echarla siempre sobre el agua caliente, para que no estropee el fondo de las ollas al calentarse directamente sobre él. Nunca se añade aceite al agua, ya que impermeabiliza la pasta y entorpece su capacidad de absorber los sabores de la salsa al hacerla resbalar sobre ella.

Eso he elegido una pasta larga integral de espelta y chía, pero en esta receta también queda muy bien la pasta corta, para que los calabacines, que hacen el papel de pasta larga, la envuelvan.

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Yo utilizo siempre pasta integral, que a menudo en vez de ser de trigo es de espelta o de centeno, como hoy, y en raciones pequeñas, no más de 50 gr por persona, acompañando el plato con una ensalada: más verde, menos hidratos de carbono para conseguir una ración que satisface igualmente. Aquí en España se considera que una ración regular, tirando a abundante, de pasta por persona son 80-100 gr. A vuestro criterio.

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Pasar el contenido de la sartén con el tomate a la sartén grande con los calabacines. Mezclar.

Escurrir la pasta.

Verterla sobre la sartén, junto a dos cucharadas de su agua de cocción.

Remover (esto se llama mantecar la pasta, y haciéndolo se consigue que la salsa envuelva la pasta como una crema).

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Picar la albahaca y esparcirla sobre la pasta. Rociar con parmesano rallado y servir de inmediato. ¡La pasta no espera a nadie!

Feliz semana a todos.

 

 

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