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Escrito por el Mar 1, 2019 en liturgia de las horas | 2 comentarios| etiquetas: alegría, amanecer, contemplación, despacito, los grandes números, luna, muy temprano, primavera

copa de luna

· la última media luna del invierno ·

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Hay una copa de luna reposando en la franja meridional del cielo, traslúcida como de hielo fino.

En el azul temprano, ajena y compasiva, espolvorea su luz de escarcha sobre la luz del sol.

La gente recorre las aceras a buen paso, niños y carteras de colegio, tacones y trajes de chaqueta, bicis y perros, pequeñas criaturas laboriosas ajetreándose al encuentro de su día.

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La luna enjoyada, absorta y lejos, tintinea, silenciosa, su risueña canción de grandes números.

La mente patina un poquito cuando recuerda saber que ese hielo irreal iluminado son en realidad cráteres y montañas polvorientas de un lugar muy grande donde no hay cielo azul.

Y de alguna manera se las apaña para convertir ese desajuste de extrañeza en un motivo de alegría.

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La luna está poniéndose, desciende en el cielo muy despacio, deslizándose a lo largo de su círculo perfecto con música inaudible de engranaje muy suave.

Vivimos en un planeta que tiene cielo azul.

El aire frío de las ocho cultiva en sus raíces una vena tibia de ternura.

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Hoy me he despertado y ya era primavera.

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2 Comentarios

  1. Sister moon no se resigna a no ver despertar a los gorrioncillos ^______^

    Besos (…) (…)

    • Por lo menos un par de veces a la semana… : ) Besoooos!!!!!

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