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Escrito por el Nov 10, 2019 en cocina de cosecha | 3 comentarios| etiquetas: cebolletas, cenando como reyes, cenar al raso, cenas de sofá, cenas sencillas, ensaladas, ensaladas tibias, hinojo, manzanas, patatas, pepinillos, salchichas

ensalada de patata

Cuando éramos adolescentes algunos veranos seguidos  pasamos un par de semanas de agosto en el Tirol.

Uno de los platos que más me gustaban de la comida tradicional de allí, (hay que tener en cuenta que tenía 15 años!), además del Wiener Schnitzel, la Sacher Torte y el Apfelstrudel era la ensalada de patatas, Karttoffelsalat.

Donde más aficionados eran a esa ensalada, acompañada de un buen par de salchichas (nada que ver con las que se pueden comprar aquí en un super normal), no era propiamente en Tirol sino más bien en Baviera, y como solíamos pasar por Munich en cada viaje a tocar mare en la HofBraühaus, de paso que nos sentábamos en las mesas corridas de banco de madera bien aparejados con una jarra de cerveza de litro para cada valiente, y por aquello de no beber a palo seco, nos poníamos finos de kartoffelsalat.

Esta receta no es la tradicional que comíamos en Austria, sino que está inspirada en ella y pasada por el filtro crujiente del mediterráneo, y las salchichas no las lleva al lado sino dentro. Pero queda riquísima, es más saludable que la original y  pese a todas las verduritas que se le han colado, conserva su encanto alpino y bávaro.

 

para el aderezo_

  • 2 cucharadas colmadas de mayonesa
  • 2 cucharadas colmadas de créme fraîche
  • 2 cucharadas colmadas de yogur griego
  • unas gotitas de limón
  • unas gotitas de vinagre de manzana
  • una cucharadita colmada de mostaza antigua
  • media cucharadita rasa (tsp) de mostaza dijon
  • unas ramitas frondosas de hinojo y unos tallos de cebollino (dos cucharadas colmadas)
  • 6 cebollitas rojas encurtidas, agridulces
  • 6 pepinillos agridulces al estilo aléman
  • la parte más crujiente y fresca de los rabos de las dos cebolletas
  • corteza rallada de una lima
  • sal y pimienta

para la ensalada_

  • 4 patatas
  • 1 manzana roja dulce y crujiente (Fuji, Delicious)
  • de 4 a 6 salchichas de buena calidad, artesanas si es posible (bávaras, Bratwurst, Frankfurter)
  • 2 ramitas de apio blanco
  • 4 rabanitos lavados y con su piel
  • un octavo de un repollo pequeño
  • 1 nabo blanco
  • un cuarto de bulbo de hinojo
  • 2 cebolletas (cebolla tierna)

 

Cortar las patatas en trocitos como para ensaladilla y hervirlas 15-20 minutos. Escurrir y pasar al cuenco de servir.

Pelar la manzana, cortarla en cubos pequeños, añadirla al cuenco de las patatas.

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Cocer las salchichas (si son Frankfurter) o asarlas (bávaras, Bratwurst) y filetearlas en rebanadas.

Cortar el apio blanco y el repollo en juliana. Cortar los rabanitos en gajos.

Pelar el nabo blanco y cortarlo en cubitos pequeños.

Quitar la cubierta más exterior del hinojo y laminarlo fino.

Cortar las cebolletas en juliana, pelar sus tallos verdes de la parte exterior y filetearlos en rebanadas finas para la salsa.

Añadir todo al cuenco y pasar los tallos de las cebolletas a otro cuenco, donde añadiremos todos los ingredientes de la salsa, junto a las cebollas y los pepinillos agridulces picados y el cebollino picado también, reservando una cucharada.

Emulsionar y probar, ajustar la sazón variando la proporción de ingredientes –añadiendo algo más de alguno de ellos– y la cantidad de sal, limón y pimienta a tu gusto.

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Verter la salsa sobre la ensalada, aderezar removiendo con delicadeza y adornar con las ramitas de hinojo y el cebollino picado reservado.

Listo.

Sencillísima.

Se prepara en los veinte minutos que les cuesta cocerse a las patatas.

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Hace una cena ron ron divina.

Y una comida que es casi casi sofisticada para transformar un domingo perezoso.

Refrescante pero reconfortante a la vez, crujiente, chispeante, llena de las texturas y sabores de la deliciosa comida de infancia.

Que la disfrutéis!

Felices ratos en la cocina, muy feliz semana a todas (y a todos!)

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3 Comentarios

  1. Hola Fernanda,
    (…)

    Je, ¡no me acordaba de esa cervecería! Han pasado muchos años…mmm… ¡21 añazos! (esa edad tiene la mochila con la que sigo yendo de aquí a acullá ^__^ )

    También yo me hago de cuando en vez la ensalada alemana, y con bien de pepinillos grandotes. Doy palmas con las orejas mientras abro el bote (en ocasiones de producción propia) mientras canturreo: Gurken! Gurken! Curioso, en mi caso, que algo que ya me pilló tan talludo me resulte algo así como gemütlich.

    Y mis salchichas preferidaaaaas… buff, las Brat me encantan, pero les tengo cariño a las Bock =^.^=

    Besos. (…) (…)

    P.S. Y siempre sonrío al pensar el trabalenguas que me suponía el einmal zweimal bock und zweimal einmal brat, bitte ^_______^

    • Es curioso eso que dices del gemütlich. Lo que yo conozco de la cultura alemana, que en realidad es poco y superficial, porque no he vivido de verdad allí, y quince días no te transforman en algo diferente al turista convencional, no es algo que yo llamaría gemütlich. Sin embargo esa es exactamente la sensación cuando recuerdo el ambiente de las casas, los pueblos, las tiendas, las tabernas de esos viajes. Calor interior. Gemütlich.

      Y a ver, para los normalos que en el mundo somos que no hablamos alemán, qué es ese trabalenguas?

      • Pos ese trabalengüas es algo que tuve que aprender a cascotazos para poder comer :-)

        Es lo que aquí diriamos (traducido algo artificiosamente) comoooo… «Ponme una (einmal) ración con dos (zweimal) Bockwurst y dos raciones (zweimal) con una (einmal) Bratwurst»

        Besos (…) (…)

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