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Escrito por el Ene 15, 2021 en cocina de cosecha, desayunos de domingo | 2 comentarios| etiquetas: conservas de fruta, invierno, jaleas, membrillos, mermeladas

jalea de membrillo

  • membrillos
  • azúcar blanca

 

Lavar bien los membrillos.

Cortarlos en trozos gruesos. Yo he eliminado el corazón con las semillas, pero no es necesario.

Colocar los trozos en una cacerola y cubrirlos con agua.

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Dejarlos cocer durante 1 hora hasta que estén suaves y tiernos y hayan pasado a un color rosado-anaranjado.

Colocar sobre un colador grande una tela de gasa de las que venden en las farmacias y que también se utilizan para colar y para hacer queso.

Colocar el colador sobre un cuenco lo suficientemente grande para que quede en suspensión y el colador no toque el líquido filtrado, o si no, buscar un sitio donde colgar la gasa sobre el colador.

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Colocar los trozos escurridos de membrillo sobre la gasa, y dejar que escurrran lentamente.

Podemos cerrar la gasa con un cordón y suspenderla sobre el colador, o solo colocarla sobre el colador y cerrarla sobre los trozos de membrillo.

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Pasadas unas horas habremos recolectado un precioso zumo de color rosado claro.

Lo pesamos.

Colocamos en la cazuela donde solemos hacer las mermeladas y jaleas, que será una cazuela de fondo grueso, la misma cantidad de azúcar blanco que de zumo de membrillo licuado.

La ponemos en el fuego y la dejamos hervir unos 15-20 minutos. Vamos desespumando el líquido de cualquier porción de espuma que vaya levantándose.

Si tenemos un termómetro de sonda, es cuestión de colocarlo dentro y esperar que el líquido alcance la temperatura de mermelada, entre 102 y -como máximo- 105º.

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Si no, ya es cuestión de ojo y de hacer la prueba del punto sobre un plato helado. Echas una gota de mermelada o jalea sobre un plato que has tenido en el congelador, para que enfríe la gota rápidamente. Pasados un par de minutos, empujas la gota con la yema de un dedo desde abajo. Si se arruga formando una especie de piel, está en su punto. Si chorrea, resbala o no forma esa piel arrugada que indica que está asentada, cocemos un poco más. Cuanto más tiempo ha cocido, más al tanto debemos permanecer para que no se coja al fondo, removiendo de vez en cuando y observando con cuidado.

¡Tiene muy poco consuelo que se te queme una mermelada casi acabada por un despiste de última hora!

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Cuando esté lista se retira del fuego y se envasa en botes limpios y esterilizados o pasados por el lavavajillas a temperatura alta.

Si queréis aseguraros de que os dura muchos meses, después pasteurizar los botes. Tenéis instrucciones detalladas en la entrada Querida mermelada.

Cuando se enfríe, veréis como forma dentro de los botes estructuras gelatinosas de un perfecto cristal temblequeante del más bonito rosa-rubor invernal.

Las cantidades son a vuestro gusto. Con 6 membrillos te vienen a salir 6 botes pequeños, tipo 250 gr. Ve a la aventura. Compra unos cuantos, luego el pesas el zumo y listo.

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Sabrosísima acompañando fiambres, queso y carnes de ave.

Estupenda con mantequilla y crackers, o con pan, ya sea recio o delicado.

Y un encantador regalo de Navidad para los amigos.

 

· SED FELICES ·

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2 Comentarios

  1. … ¿es aquí donde se dice prrrrrr? =^.^=

    Besos (…) (…)

    Jose

    • Creo que sí, ahí arriba en la puerta lo pone: «SITIO DONDE UNO PUEDE DECIR PRRRR SI QUIERE». Esto, tú ya me entiendes, es totalmente episodio de Winnie the Poo. XXX XXX XXX

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