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Escrito por el Ago 5, 2013 en cocina de cosecha | 6 comentarios| etiquetas: abuela Marita, atún, cenas de sofá, comida corazón, la historia familiar, pasteles salados, pimientos, piñones, tomates, verano

torta de tomate

Una mañana, espero a mi tío preparando el café, como de costumbre. No llegará: ha muerto durante la noche. Su jersey descansa en un taburete. Casi humano. Cansado. Con agujeros. Con dos salpicaduras de yeso adheridas a las fibras del tejido. Hundo la cara en él como entre los brazos de un ser querido, llorando. Mi tío está ahí, violentamente presente; ha surgido de la alquimia del olor a tabaco, aftershave barato, polvo de cemento y cola de papel pintado, que la prenda ha concentrado sin pretenderlo. No puedo ni tirarla ni usarla. La guardo en un armario del granero, del que la exhumo a menudo para acariciarla, olerla y reencontrarme gracias a ella con mi tío, al que quería mucho desde la infancia. Llorarlo es lanzar un puñado de vida a los ojos de la muerte. Sabes que sólo la cegará por unos instantes, pero te alivia.

Aromas. Philippe Claudel

De pequeña, cada mes de agosto, en medio de las vacaciones, la abuela preparaba esta torta de tomate con tonyina. Al principio de su vida de casada empezó una libreta donde iba apuntando las recetas del día a día. Esta receta era tan de ir por casa que, aunque siempre ha formado parte del fondo de armario culinario de nuestra familia, ni siquiera está en esa libreta.
Con el tiempo la abuela sustituyó la tonyina por atún en conserva, más sencillo de preparar.
Bien temprano por la mañana preparaba la masa y la dejaba reposar mientras cocía el relleno. Cuando estaba lista, la estiraba a rodillo y forraba con ella una bandeja de horno, levantando un cordón de reborde arremolinando la masa con los dedos.
Volcaba el relleno sobre ella y con un poquito de masa que había reservado hacía unas rosquilletitas con las que dibujaba una rejilla sobre la torta.

Y con la masa que sobraba hacía una coca en molles para postre, una coca tradicional de Castellón que es a lo dulce lo que la coca de sardinas al salado: más simple y más humilde, imposible.

La receta de la masa de mi abuela era un poco distinta de la que yo he gastado aquí. Tal como me la explicó mi tía Elisa: «la abuelita la hacía sin medidas: un vaso de aceite, un poco de sal, y la harina que admitiera…»

Después de oir a la tía está claro por qué la receta no está en su libreta… pero como la libreta es una joya, aquí os dejo la página donde escribió la receta de los «chimos» (que aquí llaman también «pepitos»), unos bocadillitos de pan rebozado en huevo y fritos, rellenos de la misma pasta de tomate que esta torta:

chimos

La masa que yo hago añade pimentón, de modo que no se puede gastar luego para la coca en molles.
Así que dejo para la próxima entrega mi propia receta de coca en molles, más parecida a la que vendían en los hornos del pueblo que a la que preparaba mi abuela, pero en cualquier caso, un verdadero lujo de dulzura sencilla.

para la masa:
  • una cucharadita de pimentón dulce
  • una cucharadita de sal
  • 300-400 gr de harina común
  • 100 cc de aceite de oliva
  • 150 cc de vino blanco seco
para el relleno:
  • medio kilo de tomate triturado para freir o de un buen tomate frito
  • un pimiento rojo
  • medio pimiento verde
  • una lata de un buen atún en aceite de oliva
  • un puñado de piñones
  • dos huevos duros picados o rallados
  • 2 cebollas medianas
para hacer la masa:

amasamos juntos todos los ingredientes. Es una masa muy agradable de trabajar, que enseguida deja de pegarse a los dedos y adquiere una textura homogénea y elástica de un bonito color azafrán.

En casa. Torta de tomate y atun
En casa. Torta de tomate y atun
En casa. Torta de tomate y atun
En casa. Torta de tomate y atun
En casa. Torta de tomate y atun
En casa. Torta de tomate y atun
En casa. Torta de tomate y atun

La dejamos reposar tapada un poco, y después la extendemos a rodillo sobre un papel sulfurizado al tamaño que queramos. A mí me gusta cocer la torta directamente sobre la bandeja del horno, sin molde, como mi abuela, pero se puede utilizar una llanda (un molde de lata) o cualquier otro, bien engrasados y enharinados o forrados con papel sulfurizado (papel de horno) si no son antiadherentes.

En casa. Torta de tomate y atun
Reservamos un poco de masa para hacer el enrejado que la cruza, la estiramos a rodillo de nuevo y cortamos con un cuchillo afilado tiritas largas, que una vez rellena la tarta iremos cruzando sobre ella.

para hacer el relleno:

picar la cebolla y los pimientos. Hervir los huevos y picarlos o rallarlos. Dorar los piñones en una sartén seca. Poner a sofreír la cebolla y los pimientos.

En casa. Torta de tomate y atun
Cuando estén blanditos, añadir el tomate, sal y un poco de azúcar y subir el fuego. Cuando haya empezado a sofreír con ímpetu, bajar el fuego y dejar sofreír lentamente hasta que pierda bastante humedad y quede un relleno untuoso. Si vamos a utilizar tomate frito, sustituimos todo esto por darle un par de vueltas al fuego junto a las verduras.

En casa. Torta de tomate y atun
Probar y rectificar el punto de sal. Añadir el atún desmigado bien escurrido, el huevo picado y los piñones. Dar un par de vueltas, dejar entibiar y rellenar la torta. Estirar la pieza de masa que hemos reservado y cortarla en tiras a lo largo. Cruzarlas sobre el relleno y adherirlas a los bordes presionando un poco.

En casa. Torta de tomate y atun
En casa. Torta de tomate y atun
En casa. Torta de tomate y atun
En casa. Torta de tomate y atun

Pincelamos la torta con huevo batido, la traspasamos junto al papel sulfurizado sobre una bandeja de horno, y la cocemos a 180º una media hora, o hasta que la rejilla esté bien dorada y el relleno se haya secado y oscurecido un poco. (si estás sola/o en la cocina y te cuesta pasarla a la bandeja sin que pierda la forma, estira del papel y deslízala hasta posarla sobre la bandeja de horno puesta del revés y a la misma altura del banco donde estás trabajando. Luego metes la bandeja del revés sobre sus guías, y listo; a la torta eso le da exactamente igual y es infinitamente más sencillo!)

En casa. Torta de tomate y atun

En casa. Torta de tomate y atun

En casa. Torta de tomate y atun

Y ahora lo suyo sería meter un buen pedazo en papel absorbente, ponerse unas sandalias de dedito y un pantalón corto, coger una botella de sangría y bajarse a la voreta del mar a cenar con los pies chapoteando en el agua mientras empieza a asomarse la luna.
(Pero vaya, en casa en el sofá está casi casi casi igual de buena… ;D)
Felices vacaciones!

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6 Comentarios

  1. Que presenta la tenemos en nuestras vidas! hasta para hacer una «sencilla» (la tuya lo es menos)torta de tomate aparece, cuantas nos ha hecho y que ricas estaban….. supongo que la tuya también lo estará, eso !sí! las de ella no eran tan perfectas, eran mas bien de «ir por casa» y…ahorraba más que tu… Que nostalgia, que vacío que siempre está ahí… Cómo dijo un «poeta» de nuestra familia «no cuentan los años ni los días cuanta mi necesidad de ti»

    • Hola tiita! He visto el comentario y he pensado, mitad de agosto, todo el mundo de viaje, y ¿un comentario? ¡mi tía! Y voilá! Pues sí; es imposible pasar el verano sin acordarse de todas estas cosas y sin echarlas de menos. Ya ves cómo me defiendo yo de eso: la mía no es exacta a la suya, pero como puñado de vida que lanzar a los ojos de la muerte, como dice Claudel, sirve perfectamente. Un besazo gordo tiita.

  2. Se me hizo pequeña… Y demasiado rica…
    N.

    • Ejem…con perdón… un inciso de persona mayor para que tomes nota: NADA está NUNCA demasiado RICO, :D :D :D <3

  3. Gracias por publicar la receta, y también por la hermosa anécdota familiar. Mi mamá compró una bolsa enorme de tomates hace una semana, y estaba buscando en google qué hacer con tanto tomate, antes que se termine de echar a perder (porque no somos de preparar salsa de tomate para el invierno, y para ensalada somos mas de darle a lo verde, que yo también compro en gran cantidad) y me topé con tu receta. Se ve delicioso. Espero poder hacerlo bien mañana, cuando vuelva de comprar una lata de atun del mercado.El inconveniente es que aquí en la Patagonia argentina, donde vivo, no conseguimos de vuestros piñones, y de los nuestros (fruto de la Araucaria) tampoco, porque escasean :-(. Así que no sé, tal vez los reemplace con nueces molidas ¿quedará bien?
    Una consulta, no entendí una palabra de la receta de chimos de tu nona, en donde dice «se pone relleno de» ¿qué? ¿mangro, puede ser? ¿podrías decirme que es eso? Desde ya muchas gracias, y gracias de nuevo por compartir estas recetas.

    Saludos desde Neuquen, Argentina

    • Hola Teresa! Desde qué lejos estamos hablando, me parece increíble y maravilloso. Y me parece igualmente increíble y maravilloso que mañana una mujer con la que estoy hablando vaya a preparar la torta de tomate de mi abuela en la Patagonia! Te contesto a tus dudas: los piñones si no los pones no pasa nada. Durante años yo la he hecho sin piñones porque a mis niños de pequeños no les gustaban. (Ahora ya están hechos unos pollos y ya les gustan, lo que me hace feliz porque a mí me encantan).

      Y lo de los Chimos de la abuela, el relleno es «magro». Magro aquí le decimos a algunos cortes de la carne de cerdo, como el corte de lomo y el de cabeza. Le dicen magro porque son las partes más magras del cerdo, las que tienen menos grasa. Ella hacía los Chimos con un relleno de carne de cerdo picadita frita mezclada luego con tomate frito casero y piñones. Era una solución jugosa y barata. Si quieres ver cómo los hago yo, aquí tienes la receta. En Castellón, de donde era mi abuela los llaman Chimos, pero aquí en Valencia los llaman Pepitos (son dos diminutivos de nombre de varón, Chimo de Joaquín y Pepito de José): Pepitos

      Te mando un abrazo desde Valencia. Espero que te salga estupenda, que aproveches todos tus tomates y que la disfrutes mucho. Muchas gracias!

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